Discurso de Adolfo Hitler a los jóvenes nazis (Nuremberg, 1936)
Mis jóvenes alemanes:
Después de un año, los saludo nuevamente. Los que están aquí no son sino una parte del gran movimiento que se esparce por toda Alemania. Deseamos que ustedes, muchachos y muchachas alemanes, absorban todo lo que deseamos para la nueva Alemania. Queremos ser una nación unida, y ustedes, mis jóvenes, son esa nación.
En el futuro no habrá rangos ni clases sociales. Ustedes deberán impedir que esas diferencias crezcan de nuevo. Queremos un gran movimiento nacional y ustedes deben estar preparados para ello. Queremos que la gente sea obediente. Y ustedes deben practicar la obediencia.
Queremos un pueblo que sea amante de la paz pero que también sea valiente. Ustedes deben ser pacíficos y valientes al mismo tiempo. Queremos una nación poderosa, ¡no débil! Ustedes deberían robar esa fortaleza de su juventud; deberán aprender a aceptar privaciones sin quebrarse.
Nada importa lo que creemos ni lo que hagamos hoy día, nosotros pasaremos. Pero en ustedes, Alemania vivirá. Y cuando nada quede de nosotros, ustedes alzarán en sus puños el pabellón que hace un tiempo levantamos inútilmente.
Sé que no puede ser de otra manera. Porque ustedes son carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Porque en sus cerebros arde el mismo ideal que nos alienta.
Estoy seguro que ustedes se unirían a las columnas de este movimiento que se disemina victorioso por toda Alemania.
Ya lo sabemos… Alrededor nuestro, está Alemania. En nosotros, está Alemania. Detrás de nosotros, está Alemania.
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